-No.
-Allison.
-Kattie.
-¿Me miras? -insisto.
-¿Qué coño quieres? -se gira, seria.
-¿Tengo mocos? -echo la cabeza hacia atrás. Se ríe.
-Idiota. Sí. Muchos. Das asco.
-Gracias.
-¿Qué se supone que tenemos que hacer a partir de ahora?
Pulso el botón de stop. La música abandona la habitación y no se oye nada más que nuestras respiraciones y el sonido de los coches y las motos en la calle. Los rayos del aterdecer entran por la ventana con la persiana medio bajada. Allison apoya la cabeza en mi regazo y hace un pompa de chicle. Le peta en toda la cara y me río.
-No se acaba el mundo. Jared es un cabrón, vamos a suspender mates y no nos dejan ir a la fiesta de Lora. -suspiro. - Pero tenemos chicle de mango y películas de Tim Burton.
-¿Por qué no nos dejan ir a la fiesta de Lora?
-Porqué habrá drogas y música y diversión. Los padres odian las drogas y la música y la diversión.
-Es verdad. Podríamos escaparnos.
-Podríamos.
Allison es un año mayor que yo, medio emo y un poco borde. Su ex la engañó la semana pasada y ella le tiró un vaso de 7up en la chaqueta. Dice que quiere ser hermafrodita para no necesitar a nadie más. Yo le he dicho que los hermafroditas no pueden hacerlo con ellos mismos, pero no me cree.
-¿Te vas a casar con Landon? -me pregunta.
-¿Por qué iba a casarme con él?
-Porqué está bueno y tiene coche y una chupa de cuero.
-Muchos tíos son así. Jared es así.
-Jared no es así. Jared aparenta ser así. Cuando su madre le grita, llora. No es como Landon.
-Landon no tiene madre.
-Lo hace más interesante. -pensaba que después de Jared quería ser hermafrodita.
-¿Te gusta?
-Me gusta para ti.
Me levanto y ella se queja. Me pongo la chaqueta tejana y le tiro la suya. En media hora es el concierto de Ash y lo dan en un almacén que queda bastante lejos, ninguna de las dos trae dinero para el metro así que tenemos que ir a pie. Y llueve.
Ash es mi hermano mayor, tiene un grupo de metalcore surrealista y adora el Häagen-Dazs de café. Un amigo budista de mamá le dijo que si seguia tomando helado a ese ritmo, se iba a morir a los 23 años.
Llegamos al almacén diez minutos tarde, el concierto ha empezado y estamos empapadas por la lluvia. Allison me coge de la mano y nos hacemos paso entre la multitud gritona y agobiante.
No es que su grupo sea famoso, si no que todo el mundo va donde hay alcohol y guitarras.
Allison se para de golpe y nos quedamos en medio de la gente. Nos empujan ligeramente y encima de nuestras cabezas se ve un mar de brazos levantados siguiendo el ritmo de la canción.
-¿Qué te pasa?
-Jared está aquí. Con sus amigos. Allí. -señala con la cabeza algún lugar detras de mi. Me giro y no veo más que gente alborotada. La vuelvo a mirar.
-No.
-Sí, Kat, junto a la barra. Míralos. -sus ojos reflejan incomodidad y cabreo. Me giro de nuevo, apañándomelas para ver entre la gente.
-Mierda. -suelto.- Bueno, no pasa nada. Es normal que esten aquí. Ignóralo.
Me la llevo cerca del escenario. Bailamos unas cuantas canciones, gritamos y nos preguntan si tenemos fuego unas seis veces. Cuando son las diez de la noche, casi todo el mundo está borracho y no sabe hablar. Se acaba el concierto y mucha gente se muda al exterior a seguir con la fiesta.
Nos subimos al escenario para aprovecharnos de los instrumentos -esto lo hacemos casi en cada concierto- mientras Ash y el resto del grupo toman cerveza en la barra.
-No puedes aprovecharte de un instrumento. No puedes violarlo. -dice Allison, aporreando la bateria. Apenas la oigo.
-O sí. Quien sabe. A lo mejor tienen un cerebro microscópico en el que se retuercen y lloran y se niegan mientras los tocamos. A lo mejor somos unas violadoras.
-Pues yo creo que a la bateria le está gustando.
Cojo el bajo y empiezo a tocar Come As You Are, de Nirvana. Es la única canción que me sé con el bajo, porqué es la primera que te enseñan en las clases de bajo. Abandono rápido las cosas.
Tocamos hasta que Chris, el guitarrista, nos dice que ya van a recoger. Nos sentamos en el borde del escenario. Observo los escupitajos y los chicles masticados que hay en el suelo. Pienso en cuanta gente se habrá muerto de una sobredosis en este almacén y qué habrá cocinado papá para cenar.
Allison se pone tensa a mi lado, y en seguida me doy cuenta de por qué. Jared está hablando con Ash en la barra. Mi hermano siempre ha sido el amor platónico de Ally, aunque esta no quiera admitirlo. Que su ex amor esté contaminando a su amor platónico la pone furiosa.
-¿Te quedas a cenar en casa? -le pregunto.
-Mamá ha hecho lasagna de espinacas y nueces.
-Entiendo. Posiblemente es mejor que lo que cenaré yo. A mi padre le ha dado por probar recetas escandinavas. -suspiro.
-La comida escandinava es buena.
-Es buena si sabes cocinarla.
-¿Podemos irnos? -se muerde el labio y se levanta.
-Vámonos.
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