revuelta
desnuda entre las sábanas.
borrosa
en sus ojos y en sus manos.
con miedo
a girarse
porqué le gustaba
el camino de sus dedos
resbalando por su espalda.
negada
a soltarse de otras manos
por si se caía
de su nube.
intrusa
en su cama y en sus pensamientos
gemía su nombre
y se reía
con los ojos cerrados.
perdida
seguía andando, sin moverse
hacia el puto sol
que la cegaba.
perdiendo
la ropa y la cabeza
debajo de la cama
donde las palabras
y los silencios
se llenan de polvo.
cabreada
seguía mirando
sin ver nada de nada.
callando
le escupía al futuro
y anhelaba el pasado.
callada
de noche
se cubría los pechos
y en la curva de su cuello
un desconocido
se llevaba su alma
y la incendiaba
con un cerilla
que le había dado ella.