06 de maig, 2016

Astros

Ya he marcado en mi piel
el cuerpo estelar que ha quemado
el pasado
cenizas y polvo
recuerdos a trozos
y el olvido
la inocencia del idiota
y la hipocresía del inocente
el amor por el ahora
disfrazado
de sonrisas jóvenes
inconscientes
escribiendo la ficción
en la arena de la playa
pensando que ese era el momento
de mi nacimiento
y mi muerte
sin saber que aún faltaba mucho
para verme
en el espejo.
-de verdad-
Era tan pequeña
y ese anhelo atroz que me comía
que me empujaba encima del tablón
podía oír el agua bajo mis pies
y sin embargo
me creía dueña de la luz de la luna.
Pero ahora que he crecido
ya no escribo con exclamaciones
y el ahora es más tranquilo
y consciente,
el Sol me coge de la mano
y me mira fijamente
para verme
y por fin
me veo.

Avui, que fa sol

Avui, que fa sol
he decidit que al dia hi falta
la teva veu
els teus ulls
les teves mans.
Que el món no es contempla
com quan hi ets
i el Sol
escalfa i enlluerna
amb una buidor desesperant.
El blau del mar és gris,
i les flors no canten els colors.

Avui, que fa sol, i tu no hi ets,
he decidit que el vent no bufa,
i que els cotxes estan quiets.
Que no importa la remor dels carrers
si a dins meu hi ha silenci
absolut.
I viceversa.

Que el tacte es aspre i el gust amarg
d'un dia tan brillant com aquest
perquè la bellesa del món és buida
si tu no hi ets.

L'art no em serveix com a calmant,
al contrari,
em mastega i m'esclafa i després m'escup
i es fa més gran l'abisme
que abraça la tormenta de llamps i trons
contra la que lluito.

Però avui, que fa sol, i tu no hi ets,
he decidit que em sembla maco
i trist
i em fa feliç
que només m'agradi el món si et veig
que només respiri quan tu em toques
i que l'art no és art si no penso en tu.

He decidit que aquesta força
de nou mil huracans enfurismats
que mou el meu interior
empeitarà les meves pors fins a l'abisme
i el mar serà blau
i el vent bufarà,
els colors de les flors ens embriagaràn la vista,
i no em faltaràn
ni la teva veu
ni els teus ulls
ni les teves mans
perquè els besaré cada dia
igual que al teu dolor,
les teves celles enfadades,
la tremolor del nerviosisme.

Avui, que fa sol,
he decidit que no decideixo res,
que em moc per instint
i l'animal que sóc t'anhela a cada instant.

Avui, que fa sol,
contemplo el món amb tu
és senzill i pur,
i ja no em cal res més.



31 de març, 2016

Llegar a un lugar (real) muy deseado.

Me senté en el número nueve dentro de ese bus ya antiguo y un poco hecho polvo. Nada nuevo a esas alturas, los buses que circulaban a diario por mi pueblo y alrededores no ofrecían un aspecto nuevo desde hacia tiempo. Me coloqué los auriculares en las orejas y me quedé observando las musaranyas unos instantes, como si esperase que la música se fuese a reproducir sola, hasta que me di cuenta de mis vacías cavilaciones y seleccioné una canción. El trayecto duraba entre cuarenta minutos y una hora (esto dependía más de la puntualidad del bus que del tráfico en si), así que me dispuse a ponerme cómoda. 
Dentro de mi cabeza aparecían en forma de imágenes las expectativas que guardaba para ese encuentro. Era algo casi habitual, cada viernes nos encontrábamos en alguna parte y hacíamos algo totalmente aleatorio. Cuando bajaba del bus le preguntaba "¿hoy qué toca?" y él me llevaba a cualquier rincón de este revoltoso mundo. 
Me empecé a sentir ligeramente nerviosa. Juraría que la sensación era la misma que la de alguien con hormigas en las entrañas. Hormigas correteando por el estómago, mordisqueando el páncreas, saltando encima de mis pulmones. Tenía hormigas que subían por la tráquea hasta el esófago y me rascaban la garganta. Repentinamente, tenia la boca más seca que nunca. El ligeramente daba paso a un pesadamente, estaba pesadamente nerviosa. Es decir, muy nerviosa. Me incorporé en el asiento y me toqué el cabello esperando recuperar cierta compostura. Esto también era habitual. Cada viernes, a medida que me acercaba a donde él me esperaba, perdía el norte en ese bus (siempre lo cogía a la misma hora), y mis pensamientos bochornosos se evaporaban y huían por el tubo de escape del vehículo. 
Y sin querer pero queriendo llegué a mi destino hecha un ovillo y más impaciente que nunca, de nuevo. Me bajé de ese bus viejo pero entrañable y le pregunté: "¿hoy qué toca?". 
Y dejé que me guiara por este revoltoso mundo.

16 de febrer, 2016

Autorretrato

El diafragma se abre, absorbe la luz.
El objetivo enfoca.
El temporizador dicta diez segundos con trampa.
Cinco de exactos. Cinco con prisas
El obturador se queja.
El diafragma se cierra.

Me levanto y miro la captura.
Sentada, en la alfombra polvorienta, dando la espalda, ligeramente girada hacia la cámara, ligeramente decaída, fundida, camuflada.
La cama es el soporte de mis poses y mis sueños.
-incluso los malos-.

El diafragma se abre.
Enfoca.
Click.
El diafragma se cierra.

Los hombros, la línea de la espalda, las caderas, los pies.
El pelo largo ondulado, despeinado.
La piel desnuda cálida, en agosto.
Se oye al Sol por la ventana.

Se abre.
Click.
Se cierra.

Me miro, otra vez.
¿Quién es esa?
De espaldas, sin mirar, escondida, encogida.
No me conozco y no lo haré.
¡Date la vuelta!
No se gira.

Click.
Se cierra.

Aquí estoy.
En la alfombra. En la cama.
Aquí estoy, ¿no?
No me veo.
El Sol también,  me habla, me acaricia.
¿No?
No me veo.

Click.

Una habitación vacía. No me veo.
Aquí estoy.
No estoy.

Click.

Una habitación vacía, llena, pintada con letras, números,  son fechas, fechas de días, meses, años. Palabras, frases, frases de voces que me llaman. Figuras, líneas, colores.
No estoy pero me creo, me bautizo a ciegas y con trazo suelto.
Me odio.

Click.

Me creo y soy el reflejo de aquello que me materializa, soy trozos de obras desconocidas y notas de piezas musicales olvidadas.
Las recuerdo cada día.

Click.

Soy sombras, contornos mal hechos, líneas que confiesan un pulso inquieto. Líneas.
Líneas de mis hombros, de mi espalda, de mis caderas, de mis pies.
Dibujadas en una habitación vacía, llena para mí.
Llena de mí.
¿Te giras ya?

Click.

Me giro, me veo en el espejo.
Aquí estoy.
Me veo en la fotografía.
Me veo, capturada.

-por la cámara, el pincel, el amor, la violencia, el placer, el odio, el cinismo, la impotencia, el dolor. La expresión. El arte.-

09 de febrer, 2016

Pink chewing gum

The very same moment I saw Mia, I knew I had lost the game. There was this otherworldly aura around her that made me feel uncomfortable and slightly excited. She wasn't even looking at me. I'm pretty sure she hadn't noticed me during the whole trip. But I couldn't stop looking at her, like an amazed child that looks at colorful and noisy fireworks. Mia was reading on the train. Mia had earphones on. Mia was popping her pink chewing gum like a bored teenager.
 I said hello and she pierced my soul with deep green eyes. Oh, what a loss. I was a lost, lost man. I should've never done that. 
 But it wasn't her who made me lose. She was the one that made me realize how lost I was the moment my eyes laid on herself. It may sound a little bit insane.
 I met Mia again two days after. We were not sitting on a train, waiting for it to leave us to our destinations. She was working and I was walking down the street. Mia was a waitress at a petite café in Lilac Square. I sat and ordered a cup of green tea. Green like her eyes. Since then, I started drinking tea every morning.
 I found myself in between her ginger hair. I found myself in her laugh. In her freckles. In her favourite books. In her bed. In her madness when she couldn't find the keys, or in her way of never talking about herself. I found myself in her red nail polish, in her summer dresses. Her voice when she sang along with the radio. Her way of driving my car, how she looked at the clouds, her rain boots. Her love letters, her sad letters, her tears. I found myself in Mia's loss.
 And you may think she broke my heart. In fact, she broke something. She broke the ground on which I was walking. She broke my scheduled routine, the monotonous rhythm I was constantly following. She grabbed my emotions and chewed them like the pink gum she loved. She popped my life. 
 Even though the months we spent together, I never discovered who Mia was. And once she found me, she lost herself. 
 And I knew that I wasn't the one that had to find her.

But I surely know that I would lose myself to make her find me again.