02 de desembre, 2016
Cuando conocí a Priscila
Declaracions d'una càmera sincera
16 d’agost, 2016
Els matins
De fusta, vella, cansada
El cap em vola
Amb les gavines
I puc sentir ben aprop
Les seves ales
S'esfumen
Amb el vent de mig agost.
I així,
Amb el vent acariciant-me
Acaronant les meves cames
Com l'amant persuasiu
Que és el mar
M'omplo d'energia
I em sento infinita
En aquesta cantonada
En mig del no-res
Només puc ser un tot
Vital.
Mortal.
Els gats que caminen
Negres i blancs
Un ying yang que miola
Em miren, interrogants
Qui ets, què ets
I em sento com ells
Lleugera i gràcil
Com la fúria
De les onades.
Parlo molt del mar
I del vent
I de la fúria
Són els meus límits
Només sóc això, ja
No ho sento
Aquest cop no.
Imagino que estic nua
Asseguda en aquest banc
Vella, cansada
Qui sap si pel temps
O per la pausa
D'un sospir.
M'Imagino els gats parlant
El blanc em mira
Es queda quiet
I segueix corrent
O flotant
Desconfiat.
El negre s'asseu
Al banc
Amb mi
Vell, cansat
Cada matí estàs aquí
Més desperta que mai
O qui sap si somniant
Quieta
El vent dansa amb els teus cabells
Ets l'iman
Del mar
La tramuntana
Les gavines
I la sortida del sol.
Plena d'energia.
Vital.
Mortal.
Un gat negre
Que és blanc
Que és llum
O foscor
Com l'ànima
Plena d'energia
Onades de fúria
Ballant amb el vent.
A les 6 del matí.
26 de maig, 2016
Voy a decir que me han robado.
06 de maig, 2016
Soy un autómata de la naturaleza
ahora
y siempre
las estrellas cantan
la canción de sirena
que enloquece
y las escucho
como el autómata
de sus palabras.
Subo una montaña
que no deja de crecer
y mi cuerpo se estremece
cuando el viento
y la lluvia
gritan
entre las ramas
de los cerezos.
No quiero seguir pisando
las amapolas de este campo
y espero que algún día
ella me de las alas
que me permitan huir
hasta el Sol.
Que siempre me está llamando
-lo sabéis-
y se encapricha
con mis párpados
cada vez que cierro los ojos.
Y cuando el viento
y la lluvia
gritan
entre las ramas
de los cerezos
me quedo quieta
por si pasase una liebre
libre
con un mensaje
que jamás creeré mío.
-lo siento-.
Todavía
el colibrí
recita
las olas del mar
y me ahogo en sus versos
buscando el tesoro
de otros labios
y solamente me encuentro
con mis susurros.
-esto también lo sabéis-.
Sabéis
que mi voz es egocéntrica
solo escribo sobre mi
y mis ojos solo saben ver
la belleza en otras caras
porqué en la mía
los relámpagos
dictan suya la zona
de mi piel
y no hay espacio.
En mi pecho
no hay espacio
no cabe
el bosque
de liebres
y vientos
y lluvias
y colibríes
que cantan
y enloquecen.
No cabe
toda la confusión
que es la naturaleza.
No cabe
ahora
y siempre.
Un poema lleno de mugre porqué la naturaleza se pudre.
y me muero de hambre - no he desayunado.
Astros
el cuerpo estelar que ha quemado
el pasado
cenizas y polvo
recuerdos a trozos
y el olvido
la inocencia del idiota
y la hipocresía del inocente
el amor por el ahora
disfrazado
de sonrisas jóvenes
inconscientes
escribiendo la ficción
en la arena de la playa
pensando que ese era el momento
de mi nacimiento
y mi muerte
sin saber que aún faltaba mucho
para verme
en el espejo.
-de verdad-
Era tan pequeña
y ese anhelo atroz que me comía
que me empujaba encima del tablón
podía oír el agua bajo mis pies
y sin embargo
me creía dueña de la luz de la luna.
Pero ahora que he crecido
ya no escribo con exclamaciones
y el ahora es más tranquilo
y consciente,
el Sol me coge de la mano
y me mira fijamente
para verme
y por fin
me veo.
Avui, que fa sol
he decidit que al dia hi falta
la teva veu
els teus ulls
les teves mans.
Que el món no es contempla
com quan hi ets
i el Sol
escalfa i enlluerna
amb una buidor desesperant.
El blau del mar és gris,
i les flors no canten els colors.
Avui, que fa sol, i tu no hi ets,
he decidit que el vent no bufa,
i que els cotxes estan quiets.
Que no importa la remor dels carrers
si a dins meu hi ha silenci
absolut.
I viceversa.
Que el tacte es aspre i el gust amarg
d'un dia tan brillant com aquest
perquè la bellesa del món és buida
si tu no hi ets.
L'art no em serveix com a calmant,
al contrari,
em mastega i m'esclafa i després m'escup
i es fa més gran l'abisme
que abraça la tormenta de llamps i trons
contra la que lluito.
Però avui, que fa sol, i tu no hi ets,
he decidit que em sembla maco
i trist
i em fa feliç
que només m'agradi el món si et veig
que només respiri quan tu em toques
i que l'art no és art si no penso en tu.
He decidit que aquesta força
de nou mil huracans enfurismats
que mou el meu interior
empeitarà les meves pors fins a l'abisme
i el mar serà blau
i el vent bufarà,
els colors de les flors ens embriagaràn la vista,
i no em faltaràn
ni la teva veu
ni els teus ulls
ni les teves mans
perquè els besaré cada dia
igual que al teu dolor,
les teves celles enfadades,
la tremolor del nerviosisme.
Avui, que fa sol,
he decidit que no decideixo res,
que em moc per instint
i l'animal que sóc t'anhela a cada instant.
Avui, que fa sol,
contemplo el món amb tu
és senzill i pur,
i ja no em cal res més.
31 de març, 2016
Llegar a un lugar (real) muy deseado.
16 de febrer, 2016
Autorretrato
El diafragma se abre, absorbe la luz.
El objetivo enfoca.
El temporizador dicta diez segundos con trampa.
Cinco de exactos. Cinco con prisas
El obturador se queja.
El diafragma se cierra.
Me levanto y miro la captura.
Sentada, en la alfombra polvorienta, dando la espalda, ligeramente girada hacia la cámara, ligeramente decaída, fundida, camuflada.
La cama es el soporte de mis poses y mis sueños.
-incluso los malos-.
El diafragma se abre.
Enfoca.
Click.
El diafragma se cierra.
Los hombros, la línea de la espalda, las caderas, los pies.
El pelo largo ondulado, despeinado.
La piel desnuda cálida, en agosto.
Se oye al Sol por la ventana.
Se abre.
Click.
Se cierra.
Me miro, otra vez.
¿Quién es esa?
De espaldas, sin mirar, escondida, encogida.
No me conozco y no lo haré.
¡Date la vuelta!
No se gira.
Click.
Se cierra.
Aquí estoy.
En la alfombra. En la cama.
Aquí estoy, ¿no?
No me veo.
El Sol también, me habla, me acaricia.
¿No?
No me veo.
Click.
Una habitación vacía. No me veo.
Aquí estoy.
No estoy.
Click.
Una habitación vacía, llena, pintada con letras, números, son fechas, fechas de días, meses, años. Palabras, frases, frases de voces que me llaman. Figuras, líneas, colores.
No estoy pero me creo, me bautizo a ciegas y con trazo suelto.
Me odio.
Click.
Me creo y soy el reflejo de aquello que me materializa, soy trozos de obras desconocidas y notas de piezas musicales olvidadas.
Las recuerdo cada día.
Click.
Soy sombras, contornos mal hechos, líneas que confiesan un pulso inquieto. Líneas.
Líneas de mis hombros, de mi espalda, de mis caderas, de mis pies.
Dibujadas en una habitación vacía, llena para mí.
Llena de mí.
¿Te giras ya?
Click.
Me giro, me veo en el espejo.
Aquí estoy.
Me veo en la fotografía.
Me veo, capturada.
-por la cámara, el pincel, el amor, la violencia, el placer, el odio, el cinismo, la impotencia, el dolor. La expresión. El arte.-
09 de febrer, 2016
Pink chewing gum
La primavera.
26 de gener, 2016
Artículo de odio.
Odio a la niña que se cree una muñeca misteriosa y delicada, y que no hace más que querer destacar, el imán de atención social. Odio al tío imbécil con complejo de estrella del rock que mastica chicle con la boca abierta y habla como si fuese el dueño de todo lo que pisa. Odio a su novia, la pseudoemo barra snob que expulsa el humo de su cigarro con la prepotencia de quien romantiza el hecho de matarse lentamente. Odio al putón alternativo que argumenta su actitud rastrera con un liberalismo artificial, con esas ganas de impresionar que gritan "fóllame para subir mi pobre autoestima". Odio a la chica que alardea de sus conocimientos, que se muere por mostrar un intelecto que no tiene porqué en el fondo es una adolescente más que centraliza sus problemas y se cree el ombligo del mundo. Odio a su mejor amiga, la boba que copia cada movimiento de la anterior con tal de sentirse alguien especial, porqué no la han educado para valerse por sí misma. Una creyéndose tanto y la otra queriendo lo mismo, ambas carentes de una propia forma de ser, ambas tan ignorantes e hipócritas. Odio al niño que debe mostrar con cada una de sus acciones que es muy friki y muy fan de los cómics y los videojuegos, pero ni siquiera sabe estructurar una historia sin perder el hilo argumentativo, queriendo ser el héroe de este putrefacto mundo con su capa de falsa madurez. Odio al tipo creído que se come el mundo con su polla, se emborracha cada sábado para alcanzar esa vida tan deseada de guaperas torturado por la sociedad. Odio a Doña Perfecta que explica su lección como si tuviese el magnífico don de enseñar, y lo único que aprendo es a contener las putas ganas de escupirle en la cara.
Odio esas almas vacías consumidas por la prepotencia, la inmadurez, el ego, la falsedad, la jodida apariencia que al fin y al cabo nos importa una mierda. Voces que repiten palabras que han oído por ahí, las ordenan a su antojo y las escupen sin escrúpulos. Voces sin ningún objetivo, sin ningún valor semántico, voces hablantes de verborrea incoherente, indistinguibles las unas de las otras. Voces que se repugnan de manera recíproca, y a su misma vez, voces que se sonríen con esa simpatía del diablo que tanto asco da.
Cuando digo que lo odio, no quiero decir que yo sea algo más que eso. Cuando digo que lo odio, quiero decir que me roban mi persona con sus miradas incoloras, pretenciosas, y ahogan mi sonido con sus constantes quejas. Quiero decir que anulan mis esfuerzos para existir en este mundo gris cubierto por la misma masa que son ellos, la misma monotonía ruidosa que chirría en mis oídos como mil demonios insaciables.
Quiero decir que yo, con mi prepotencia, con mi inmadurez, con mi ego, con esa falsedad que me permite camuflar los colores en este mundo gris, que me deja mantener esta jodida apariencia de alguien a quien no le importa nada lo que digan, soy consciente de la soledad de mi mente, de mis voces, de mis gritos. Soy consciente del desquicio de mi intelecto en el eco interminable de un mundo lleno de figuras vacías. Soy consciente de que escribo para un nadie que me lee sin querer, queriendo leerse a sí mismo. Que veo más allá de unos horizontes marcados por pautas indiferentes, ando con otro ritmo, escribo con otro lápiz, hablo y oigo en otro tono distinto al de todos ellos.
No me enorgullece odiar el mundo que me ha tocado, es más, odio odiarlo, pero al menos sé que mi sombra camina con un tempo incomprensible para los que no ven más allá de su coreografía. Al menos sé que bailo un baile que aprecian como tal aquellos cuyos pasos no encajan en esta masa que nos cubre y nos pudre y no nos deja
dejar
de
odiar.
No me encuentro bien.
Por las noches, el mundo me oprime el pecho y casi parece que todas mis emociones se derramen por el suelo y se derritan a mis pies y no pueda contener nada. Mi cama se alimenta de mi cuerpo y este se ciñe a ella como quien, sin aire, se aferra a una bombona de oxígeno.
¿Quién martillea mis costillas, y sierra mis brazos y piernas,y anestesia mis pensamientos? ¿Quién me comprime hasta prohibir mi presencia?
Y así, inmóvil, quiero cerrar la ventana que enfría todo mi interior, pero estoy hermética aquí dentro, en mi cubículo imaginario donde no entra ni sale nada. Mi burbuja contiene mis trozos, mis restos, mi alma rota y entera.
Cuando salgo, el aire de la calle me cala hasta los huesos, sea invierno o verano. Las personas de este mundo me miran pero no me ven y me pregunto si yo los veo a ellos o es solo el odio materializado en figuras de un mismo color, una monotonía podrida, amenazante.
Mis ojos ofrecen puños de hostilidad a todo aquel que interrumpa mis absurdas cavilaciones. Me digo a mí misma que es solo el miedo quien actúa en mi lugar, que algún día ese espectro se aburrirá de este cuerpo frío y correrá a envenenar a otro. Pero cada letra que escribo me empuja más al precipicio y el impulso de saltar(me la vida) se desliza por mi piel en un tic nervioso que no me deja parar quieta.
Me miro a través del espejo, interrogante de mi cuerpo, Esta funda que se me ha otorgado sin permiso (qué remedio), que percibe y suprime sentimientos, pensamientos.
Interrogante, ¿es este cuerpo el que me representa?
Lo pregunto por si acaso, lo pregunto porqué pregunto demasiado y me pregunto si es normal que a veces me encuentre flotando por encima de este mar de masas grises al que no pertenezco y alguna vez fui. Me respondo que es el mundo quien no me representa.
Que vivo en una casa enorme que no es la mía y desconozco a cada uno de sus habitantes. Que ando invisible por sus pasillos, mimetizandome en las paredes cual mural que no quiere ser visto.
Me respondo que no soy de ninguna parte porqué en ninguna parte se habla el idioma en el que pienso, en ninguna parte puedo oír el silencio que caracteriza a una mente llena de rincones y recovecos. Estoy rodeada de bocas que empujan falsos sentimientos en una montaña de deshechos (anti)sociales.
A todo eso, y muy cansada, cada noche la cama mastica mi presencia y escupe la maraña sobrante de mis razonamientos. Me tumbo junto los martillos y las sierras y me duermo, sin más. Soy humana.
Las horas me arrancan de mi subconsciente, otra vez, y me despierto. ¿Qué hago?
Mamá, no me encuentro bien.
03 de gener, 2016
Otra vez.
Delante de mí.
Y casi no me puedo creer que tus pupilas me toquen como lo hacían antes de sentenciar nuestra pena de muerte continua, una negación eterna, recíproca, ambigua. Dictaste con la primera palabra que me dijiste el fin de esta historia inacabada, siempre rascando las mismas heridas, siempre dejando el mismo rastro.
Tu en mí y yo en tí.
Y tu, sin tí, viniste a mí.
Y yo, otra vez, caí. Arrastrándote. Otra vez, me has visto por primera vez; otra vez. Y casi no me creo que mis pasos no me lleven al indecente abismo de un mar sin superficie del que alguna vez salí. Un pacto sin diablo. Mi sed de caos que me delata, el amor por el desorden, este anhelo de destrucción. Esta incredulidad que me caracteriza, me castiga, me encierra en los ojos de aquellos que han alimentado las ganas de vivir que se me escapan de las manos.
En mi cielo aún impregna la tormenta, inexistente, el eco de otras manos y otros ojos, y el reflejo de esos en los míos, todavía. Y por eso, todavía, mi locura riéndose de la tuya y viceversa.
Me reservo temblorosa las confusas confesiones para ese alguien que nunca las oirá. El relato de una repetida ucronía que se esconde detrás de otras caras. Siempre igual.
No describas sobre mi los rayos del Sol, porqué nada apacigua la tempestad de mis mañanas, en los suburbios de mi habitación no hay imperativo que silencie los gritos, no hay luz que borre las sombras de esta recelosa percepción de una absurda realidad.
Manos, bocas, ojos, que me repiten que no me crea nada.
Y por eso, casi no me creo que te haya visto por primera vez; otra vez. Que me hayas visto otra vez, por primera vez. Y si tengo que aceptar algo en esta ciega fe por nada, que sea el pensamiento de una sola ilusión proyectada en el fondo de mis recuerdos y tus miradas.
Encima.
De.
Mí.